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Clave para la Mejora de la Calidad: Control de la Proporción de Materia Prima y del Tiempo de Vibración

Clave para la Mejora de la Calidad: Control de la Proporción de Materia Prima y del Tiempo de Vibración


La clave para producir ladrillos de alta calidad reside en el control preciso de la proporción de materia prima y el minucioso dominio del proceso de moldeo por vibración. Estos dos aspectos son como los genes y el esqueleto del ladrillo, determinando conjuntamente la resistencia, la durabilidad y la calidad estética del producto final.


En cuanto a la proporción de materia prima, la clave reside en lograr precisión y estabilidad. El cemento, como aglutinante, debe utilizarse de forma que garantice la resistencia y la economía; su proporción suele ser estrictamente controlada. La granulometría de los áridos (arena, gravilla) es crucial; es necesaria una mezcla adecuada de partículas gruesas y finas para garantizar la densidad y evitar huecos. Si se utilizan aditivos como cenizas volantes, su actividad y finura deben ser estables, y la proporción debe ajustarse en consecuencia al sustituir parte del cemento. La proporción agua-cemento es un factor sensible que afecta a la resistencia. Una cantidad insuficiente de agua reduce la trabajabilidad y la formación de panales, mientras que un exceso de agua reduce significativamente la resistencia. Se recomienda determinar primero la relación de referencia mediante muestras de laboratorio, ajustarla con precisión en tiempo real según los cambios en el contenido de humedad de las materias primas durante la producción y realizar pruebas rápidas y constantes en cada lote de materia prima entrante para garantizar una relación estable.


El control del tiempo de vibración determina directamente la densidad y la uniformidad del ladrillo en bruto. Una vibración insuficiente produce una estructura interna suelta, una resistencia deficiente y una apariencia porosa; mientras que una vibración excesiva puede causar segregación de la lechada, sedimentación de los áridos y marcas de agua en la superficie, lo que también afecta la resistencia. El tiempo de vibración óptimo no es un valor fijo; debe ajustarse dinámicamente en función de la trabajabilidad de la mezcla (sequedad), el espesor del ladrillo y la estructura del molde. Para mezclas más secas o ladrillos más gruesos, el tiempo de vibración debe prolongarse adecuadamente; por el contrario, puede acortarse. Durante la producción, es necesario observar cuidadosamente la integridad de los bordes y esquinas, la suavidad de la superficie y la densidad de las superficies de corte del ladrillo en bruto después del desmoldeo, utilizándolos como criterios intuitivos para ajustar el tiempo de vibración.


Para lograr una producción estable y de alta calidad, se debe establecer una cadena completa de gestión de calidad, desde el análisis de la materia prima, el cálculo de la proporción, el control de la mezcla hasta la vibración del moldeo. Se debe establecer un registro de producción trazable para cada lote de productos, que detalle datos clave como el lote de materia prima, los parámetros de proporción y el tiempo de vibración. Cuando la resistencia del producto fluctúa, estos registros son la base más valiosa para analizar las causas y realizar ajustes rápidos. En definitiva, solo combinando la precisión de las proporciones de la materia prima con la exactitud de los procesos de vibración se pueden producir ladrillos de alta calidad verdaderamente calificados de forma consistente y estable.